viernes, 8 de julio de 2011

CRIMEN SOLLICITATIONIS (por la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana)


Crimen sollicitationis o Delito de Solicitación es una Instrucciónde la Sagrada Congregación del Santo Oficio, aprobada por Juan XXIII en 1962.

En el documento, la Congregación del Santo Oficio fijaba los procedimientos para afrontar casos de sacerdotes u obispos de la Santa Iglesia Católica Apostólica y Romana acusados de hacer uso del Sacramento de la Penitencia para llevar a cabo acercamientos de índole sexual con los fieles, así como los correspondientes castigos por estos actos.

Las normas que establecía eran más concretas que aquellas incluidas en el Código de Derecho Canónico. Incluso daba las instrucciones para que se siguiesen los mismos procedimientos en caso de denuncias de comportamientos homosexuales, pedófilos o zoófilos por parte del clero.

La directiva impone el más absoluto juramento de guardar el secreto por parte de la víctima, del niño o de la niña, del sacerdote acusado de ello y de cualquier testigo.
Quebrantar este juramento significa verse apartado de la Iglesia Católica: la excomunión.



En este reportaje se muestran los testimonios de víctimas de violaciones y abusos sexuales en el seno de la Iglesia . A pesar de las denuncias de las víctimas, pocos son los criminales sexuales que comparecen ante la Justicia. El Vaticano es cómplice directo de estos crímenes,  ocultando y amparando a los violadores de sus crímenes sexuales a menores.

 1. http://www.youtube.com/watch?v=58vI0DCxbFo&feature=related
 2. http://www.youtube.com/watch?v=HriZ5ZsE0Ck&feature=related
 3. http://www.youtube.com/watch?v=akmDrLlrgYY&feature=related
 4. http://www.youtube.com/watch?v=Y4S6aWQNo4E&feature=related




Ratzinger, actual Papa Bendicto XVI, fue el responsable de seguir los casos relacionados con abusos sexuales en el seno de la Iglesia, durante dos décadas. En 2001, Ratzinger encargó redactar el decreto que habría de suceder a la anterior directiva sobre Crimen Sollicitationis.

En espíritu, el nuevo decreto consagró algunos principios del antiguo, como por ejemplo la pena de excomunión. Se envió una copia del nuevo decreto a todos los obispos del mundo, en el que se ordenaba que la Santa Sede tuviera, lo que él denominó, una "competencia exclusiva", es decir, todos los alegatos de abusos sexuales deberían presentarse exclusivamente en Roma.

Muchas voces criticaron esa actitud considerando que el nuevo decreto del Cardenal Ratzinger, fue una oportunidad perdida para cambiar el proceder frente a los casos de abusos, precisamente cuando estaba a punto de estallar en Norteamérica el mayor escándalo de abusos en el seno de la Iglesia hasta la fecha. Dicha actitud generó innumerables críticas  a la Iglesia por su lamentable estrategia de encubrimiento y silencio frente a los abusos sexueles durante décadas.



Si el Cielo tiene reservado un lugar a estos embajadores de Dios, tengo claro que mi lugar es el Infierno.
Mi desprecio absoluto a esta banda de criminales.

sábado, 2 de julio de 2011

The Cove

The Cove es un crudo documental de investigación y denuncia de la masiva masacre de delfines en Japón. Está dirigido por Louie Psihoyos, director de fotografía de National Geographic, escrito por Mark Monroe y protagonizado por un grupo real de activistas encabezados por el famoso Richard O'Barry.


 


Richard O'Barry fue uno de los primeros entrenadores de delfines del mundo. Fue el entrenador de la serie Flipper en los años sesenta y ostenta el triste honor de ser el creador de la industria de los delfinarios. Era rico y famoso, pero su vida cambió cuando Cathy, una de las delfines que interpretaba a Flipper, se suicidó en sus brazos.

El delfín es el único animal, aparte del hombre, capaz de suicidarse, pues puede dejar de respirar voluntariamente. Fue entonces cuando O'Barry tomó verdadera conciencia del perjuicio provocado a estos mamíferos en su cautividad. "Los delfines viven muy deprimidos en esas piscinas de cemento, la famosa 'sonrisa de delfín' (la mueca eterna de estos mamíferos) es una gran hipocresía macabra" señala este activista, que desde hace 35 años, mantiene una lucha constante por destruir la industria que él mismo creó.


Gracias a un arriesgado trabajo de espionaje, los participantes de esta pelúcula pudieron dar vida a este filme y así intentar comunicar al mundo la cruel realidad que se pretende encubrir en el pequeño pueblo de Taijii, Japón.

Escondida bajo la industria del entretenimiento acuático, una brutal y tormentosa matanza de delfines se desarrolla por las noches y sin testigos. Lo que en las aguas japonesas acontece es un real asesinato, cruel y sádico.

Gracias al apoyo de organizaciones mafiosas, los pescadores de Tajii zarpan cuando cae el sol para dar caza a estas bellas y sociables criaturas. Sus actos son tan horrendos que hasta ellos mismos procuran no ser vistos por nadie y mantienen su "negocio" en silencio.

Lo que se muestra en este documental es nada más y nada menos que el rostro de la maldad humana, de la ambición, de la avaricia y del despropósito




Ric y su equipo han conseguido reunir ya casi un millón de firmas a través de www.savejapandolphins.org y www.takepart.com/thecove de personas que, tras ver el documental, han querido sumarse a la causa. También diversas organizaciones como Greenpeace apoyan el proyecto.

O'Barry afirma que su único objetivo antes de morir es acabar con esta industria: "Tenemos que conseguir que los japoneses conozcan esta historia, no saben nada sobre esto y estoy seguro de que vamos a cambiar esta situación". Por su parte, el director de 'The Cove' confía firmemente en la misión de Ric, a quien califica de "auténtico héroe".

The Cove. El filme fue grabado secretamente durante 2007 empleando micrófonos submarinos y cámaras de alta definición camufladas como rocas. Ganó el Premio de la Audiencia de los Estados Unidos en el Festival de Cine de Sundance anual número 25, en Park City, Estados Unidos, en enero de 2009. En 2010 obtuvo el Oscar al mejor documental.
La película recibió reseñas muy positivas de la crítica, aunque comercialmente fracasó.