domingo, 20 de mayo de 2012

La Trilogía del Dólar [1964-1966 Sergio Leone]




Dicen que en este mundo hay dos clases de personas:
 los que disfrutan con un buen western y los que no saben de cine.

Sergio Leone rodando en España



Dentro del western - el género por excelencia del séptimo arte - la figura de Sergio Leone es imprescindible. Aún a pesar de que su obra se etiquete como 'spaguetti-western', forma parte de la élite de directores especialistas en este tipo de cine, junto a John Ford, Howard Hawks, Anthony Mann o Sam Peckinpah. Su Trilogía del Dólar, y 'Hasta que llegó su Hora' son cuatro de sus títulos más importantes.


La Trilogía del Dólar está compuesta por tres películas:
  • Per un pugno di dollari (Por un puñado de dólares, 1964)
  • Per qualche dollaro in più (La muerte tenía un precio, 1965)
  • Il buono, il brutto, il cattivo (El Bueno, el Feo y el Malo, 1966)
     
La Trilogía obtuvo un inesperado gran éxito, conduciendo al western a su último período cinematográfico, además de aportar dos nuevos talentos al medio: el compositor Ennio Morricone, amigo desde la infancia del director, y el actor Clint Eastwood, desconocido hasta entonces, al que el director contrataría entre un grupo de actores.


Clint Eastwood on "For a Few Dollars More"
Como anécdota curiosa, destacar que Por un puñado de dólares tuvo ciertos problemas legales al plagiar una película anterior de Akira Kurosawa titulada Yojimbo (1961).




El personaje creado para Eastwood, "el hombre sin nombre", es el prototipo de antihéroe del spaguetti western. Hombre duro y solitario, sin escrúpulos ni sentimientos y movido por el dinero. De esta manera Leone crea un icono del cine, personalidad ruda, pocas palabras, mirada de hielo, invencible en múltiples duelos.
Siempre vestido con un poncho raído y un cigarro en los labios, es capaz de matar a sangre fría, y si es necesario, por la espalda, para conseguir su objetivo. Es un personaje que se convertirá en estereotipo en múltiples films y que influirá de forma decisiva en directores, actores e incluso en los dibujantes de cómic actuales.

Yo siempre suelo contar esta otra anécdota acerca del famoso poncho:  Clint Eastwood lo compró por casualidad en Madrid en 1964 para rodar la 1ª película de la Trilogía 'Por un puñado de dólares', porque pensó que le vendría bien al personaje. Lo pagó de su bolsillo, ya que en su contrato no estaba incluido el vestuario. El mismo poncho fue utilizado en las dos películas siguientes ya que reflejaba perfectamente el estilo y el carácter que Sergio Leone quería imprimir al personaje. Llegaron a decir que fue el talismán que logró el éxito en taquilla de la trilogía y por eso se mantuvo en el vestuario del personaje durante toda la saga. También se llegó a decir que el poncho no se lavó en los 3 años de redaje por supertición de Eastwood, para evitar que perdiera sus 'poderes' .. pero esto, me temo, que es otra historia ..  
  
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Hoy quiero hacer un pequeño homenaje a 'El Bueno, el Feo y el Malo' (1966), la 3ª de las películas de la Trilogía, valorada en la historia del cine como la obra antológica del spaghetti western.  Actualmente es considerada como una película de culto, imprescindible para los amantes del western.

En Imdb está considerada como la sexta mejor película de todos los tiempos, lo que sólo quiere decir que es un título tremendamente popular, pero a pesar de su extensa duración (161 min., quizá algo excesiva, pero es Leone) y de que el western parece un género trasnochado del pasado, Leone demostró que no se requiere una gran inversión para obtener un espectacular resultado. Contó con un presupuesto de poco más de un millón de dólares.

Muchas de sus escenas se rodaron en Almería, en el desierto de Tabernas, sobre todo en el impresionante paraje de La Sartenilla, donde se construyó un poblado típico del oeste americano, expresamente para este rodaje. Durante dos meses del caluroso verano de 1966, la Sierra de la Demanda (Burgos) se convirtió también en parte de los Estados Unidos. 


Sergio Leone propone unos carismáticos personajes que se ajustan a los cánones establecidos, pero que pueden moverse con total libertad. Aunque 'El Bueno, el Feo y el Malo' es una triste visión de la vida de unos hombres destinados a morir por un gran puñado de dólares, o por una guerra absurda, está salpicada por abundantes escenas de acción, grandes encuadres y primeros planos, sin dejar de lado ni la comedia ni el drama de telenovela. Entre otras virtudes, se denota la maestría de su director y su lucha por superarse a sí mismo. 




El bueno, alias «Rubio» (Blondie).
Eastwood repite el personaje de las dos películas anteriores.
Interpreta a  un tranquilo y casi inexpresivo cazarrecompensas que exhibe una extraordinaria habilidad con el revólver. Es el particular héroe de Leone, un héroe que, igual que todos los demás, sólo busca su propio beneficio, y si para ello tiene que dejar un río de sangre, pues así será.







De los tres protagonistas, hay que destacar especialmente a El feo (Eli Wallach), alias «Tuco» y cuyo nombre completo es Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírezel.

Wallach realiza un trabajo memorable. Él pone todo el humor de la película y aunque su personaje sea despreciable, uno nunca desea su desgracia, especialmente al final, en esa escena tan angustiosa que se hace eterna (está perfecta así).








El malo (Lee Van Cleef), alias «Sentencia», es un asesino a sueldo reconvertido en sargento del Norte, sin escrúpulos.
Van Cleef vuelve con Leone, pero esta vez para aprovechar su físico, idóneo para encarnar a un villano, el más malo de la historia, presentado maravillosamente en los primeros minutos del film, asesinando a sangre fría y llevándose todo el dinero que le ponen por delante.






Comentarios
En los videos que aparecen a continuación se relatan detalles y anécdotas de esta estupenda película a través de algunos de sus protagonistas.  



... Y la banda sonora ♪♫♬ [Ennio Morricone] 


 "Esta es la película mejor dirigida de todos los tiempos"
(Quentin Tarantino)

miércoles, 2 de mayo de 2012

Bill Evans, with ♡


"Me saca del quicio que la gente quiera analizar el Jazz como si fuera un teorema intelectual.  No lo es.  Es sentimiento"






Bill Evans, es para mí el más elegante, sensible y sutil pianista de jazz que he tenido el placer de escuchar. Nació en Plianfield (New Jersey) un 16 de Agosto de 1929.

Su estilo clásico, así como la expresividad con la que se inclinaba ante las teclas, dan como resultado un "mundo aparte" en la ejecución del piano en el mundo jazzístico, pues a veces, en una apreciación personal, recuerda a los pianistas clásicos de la primera mitad del siglo XX, más específicamente a Rachmaninoff (sobre todo en sus tres conciertos para piano, especialmente el No 2). Evans parte del impresionismo de Debussy y Ravel y trae al jazz una influencia de corte clásico, llena de lirismo, relajación e introversión.

El paso de Evans por el jazz marca el nacimiento del cool, género jazzístico que sucedió al bebop y del cual fue uno de los principales representantes. El cool proponía estructuras armónicas diferentes , más libres y menos complejas. Abrió amplias perspectivas de desarrollo y expresión al movimiento jazzístico posterior.


Contaba Evans que una noche estaba tocando en el Village Vanguard. En un momento de la actuación levantó la mirada y vio que Miles Davis se encontraba en la sala escuchándolo. A ambos les unía la pasión por la música clásica europea y por el jazz modal, pero sus trayectorias musicales y vitales no podían ser más diferentes.

Mientras Miles Davis era un músico de personalidad arrolladora aclamado por el público y la crítica, Bill Evans era una persona introvertida, reflexiva, de naturaleza pausada y quizá también, algo obsesiva. En aquel momento se le consideraba un pianista poco conocido de sólida formación clásica, que tocaba con orquestinas de bodas y banquetes, o participaba en algunos bolos y sesiones de grabación. Un par de años antes había grabado su primer disco, New Jazz Conceptions, del que sólo se vendieron 80 copias.

Su segundo álbum, "Everybody Digs Bill Evans" sí obtuvo el favor del público, pero su legado para la posteridad jazzística no llegó hasta que no formó la colaboración musical con el batería Paul Motian y el contrabajista, Scott LaFaro. En poco menos de dos años esta alianza inter-pares revolucionó el concepto de trío de piano, al proponer el abandono del viejo esquema de acompañantes frente al solista principal y sustituirlo por un dialogo a tres con voces perfectamente complementarias.

Miles Davis, con un olfato legendario para los nuevos talentos, se fijó enseguida en él y despidió de su banda al gran Red Garland para darle el puesto a Evans, que siendo todavía un veinteañero se encontró de la noche a la mañana sentado al piano en el grupo de jazz más famoso del momento.

En la primavera de 1958, Evans comenzó su colaboración con el Miles Davis Sextet, ejerciendo una poderosa influencia sobre Davis. Aunque abandonó al trompetista en el otoño, exhausto por las agotadoras giras, por las presiones y posiblemente, ansioso por formar su propio grupo, estuvo profundamente involucrado en la planificación y colaboración tanto en las composiciones como en la ejecución del disco Kind of blue (editado en 1959), considerado por la mayoría de los críticos de jazz como el mejor disco de todos los tiempos. Realmente fue el mayor éxito de ventas nunca obtenido por un disco de jazz acústico.

En esas fechas Bill Evans compuso el maravilloso Blue in Green, de quien Miles Davis se adjudicó indebidamente su autoría. Según dicen, se lo compró a Evans por 25$.
Aquí dejo el enlace de esta joya, una de las composiciones más bellas del jazz:




Quienes conocieron bien a Bill Evans aseguran que durante sus últimas semanas de vida se alimentaba prácticamente de caramelos. Había decidido, tras una sucesión de hechos desgraciados de los que pensó que nunca se recuperaría, renunciar a la vida. Tenía 50 años, y optó por abandonarse definitivamente en brazos de la heroína, la cocaína y el alcohol (con los que había mantenido una larga relación de encuentros y desencuentros) y comenzó entonces lo que algunos han descrito como “el suicidio más largo del mundo”. Falleció en 1980.


El "poeta del piano" como lo definió el escritor, Gene Less, mantuvo intacto su estilo lírico y su sensibilidad hasta sus últimos días.


"Cuando haces música, descubres una parte de ti mismo que no sabías que existía"

Bill Evans, se consideraba un músico metódico y simple, que quería ser comprendido en la medida que el pudiera comprenderse a sí mismo, trasladando toda su sensibilidad al Jazz.



"Sin la música, la vida sería un error"
(Nietzsche)