33. INTERIOR RICK’S CAFÉ Ó SALÓN PRINCIPAL - NOCHE
PRIMER PLANO
Un vaso sobre una mesa del café. Rick alarga la mano y tira el vaso. La
cámara se aparta hasta mostrar su rostro, con evidentes síntomas de borrachera.
Sam se acerca a la mesa para recoger el vaso y una silla que también ha caído
al suelo. En ese preciso instante la puerta se abre y aparece Ilsa. Rick la
mira fijamente. Tras dudar un momento, Ilsa se acerca a él.
ILSA - Rick, tengo que hablar
contigo.
Se comporta de modo inseguro,
como si quisiera tantear su reacción, pero decidida asimismo a llevar a cabo lo
que ha venido a hacer.
RICK - Ya. Te he guardado una copa para que la tomes
conmigo. Toma.
ILSA - No. No, Rick. Esta
noche no.
RICK - Especialmente
esta noche.
Ilsa se sienta en la silla que
estaba dispuesta ante el vaso vacío. Recorre con la mirada la cara de Rick,
pero se topa con una expresión fría e impasible. Rick
alcanza la botella y se sirve otra copa.
ILSA - Por favor.
RICK - ¿Por qué has
tenido que venir precisamente a
Casablanca?
ILSA - No habría venido de haberlo sabido. Créeme, Rick,
no sabía que estabas aquí.
RICK - Oigo tu voz y sigue igual. Aún la estoy oyendo.
“Querido Richard, iré contigo a donde vayas, te seguiré a cualquier parte del
mundo."
ILSA - Basta, Rick. No sigas,
te lo ruego. Comprendo lo que debes sentir.
RICK - ¡Ja! Comprendes lo que debo sentir. ¿Cuánto duró
lo nuestro, cariño?
ILSA - No conté los
días.
RICK - Pues yo sí. Uno por uno. Recuerdo muy bien el
último. El típico final feliz. Era un día de lluvia en una estación, y un
hombre esperaba con el rostro crispado por una ridícula expresión porque le
habían arrancado las entrañas. Echa un trago.
ILSA - ¿Puedo contarte
una historia, Rick?
RICK - ¿Tiene un final
feliz?
ILSA - Aún no sé qué
final tendrá.
RICK - Tal vez se te ocurra mientras lo vas contando.
ILSA - Una vez llegó una chica a París procedente de
Oslo. Y en casa de unos amigos conoció a un hombre de quien había oído hablar
toda su vida, un gran hombre idealista y valiente. Él le abrió un mundo de nuevos
conocimientos, de bellos y altos ideales. Todo lo que ella era, lo que sabía,
se lo debía a él. Ella le admiraba, le reverenciaba, sentía por él lo que suponía
que era amor.
RICK - Una preciosa historia. Aunque conocida, yo ya
había oído muchas historias de ésas en mis tiempos. Y hasta con música de
fondo, la de un piano que tocaban abajo en el salón. “Conocí a un hombre siendo
casi una niña”, así empezaban todas. Ya. La verdad es que ninguna de esas historias
era divertida. Dime, ¿por quién me dejaste plantado? ¿Fue por Laszlo o por
algún otro entre medias? ¿O acaso eres de las discretas?
Ofendida, Ilsa se levanta y se
va. La cabeza de Rick se desploma sobre la mesa.
- ¡Uaxx, bestial! -
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