miércoles, 2 de mayo de 2012

Bill Evans, with ♡


"Me saca del quicio que la gente quiera analizar el Jazz como si fuera un teorema intelectual.  No lo es.  Es sentimiento"






Bill Evans, es para mí el más elegante, sensible y sutil pianista de jazz que he tenido el placer de escuchar. Nació en Plianfield (New Jersey) un 16 de Agosto de 1929.

Su estilo clásico, así como la expresividad con la que se inclinaba ante las teclas, dan como resultado un "mundo aparte" en la ejecución del piano en el mundo jazzístico, pues a veces, en una apreciación personal, recuerda a los pianistas clásicos de la primera mitad del siglo XX, más específicamente a Rachmaninoff (sobre todo en sus tres conciertos para piano, especialmente el No 2). Evans parte del impresionismo de Debussy y Ravel y trae al jazz una influencia de corte clásico, llena de lirismo, relajación e introversión.

El paso de Evans por el jazz marca el nacimiento del cool, género jazzístico que sucedió al bebop y del cual fue uno de los principales representantes. El cool proponía estructuras armónicas diferentes , más libres y menos complejas. Abrió amplias perspectivas de desarrollo y expresión al movimiento jazzístico posterior.


Contaba Evans que una noche estaba tocando en el Village Vanguard. En un momento de la actuación levantó la mirada y vio que Miles Davis se encontraba en la sala escuchándolo. A ambos les unía la pasión por la música clásica europea y por el jazz modal, pero sus trayectorias musicales y vitales no podían ser más diferentes.

Mientras Miles Davis era un músico de personalidad arrolladora aclamado por el público y la crítica, Bill Evans era una persona introvertida, reflexiva, de naturaleza pausada y quizá también, algo obsesiva. En aquel momento se le consideraba un pianista poco conocido de sólida formación clásica, que tocaba con orquestinas de bodas y banquetes, o participaba en algunos bolos y sesiones de grabación. Un par de años antes había grabado su primer disco, New Jazz Conceptions, del que sólo se vendieron 80 copias.

Su segundo álbum, "Everybody Digs Bill Evans" sí obtuvo el favor del público, pero su legado para la posteridad jazzística no llegó hasta que no formó la colaboración musical con el batería Paul Motian y el contrabajista, Scott LaFaro. En poco menos de dos años esta alianza inter-pares revolucionó el concepto de trío de piano, al proponer el abandono del viejo esquema de acompañantes frente al solista principal y sustituirlo por un dialogo a tres con voces perfectamente complementarias.

Miles Davis, con un olfato legendario para los nuevos talentos, se fijó enseguida en él y despidió de su banda al gran Red Garland para darle el puesto a Evans, que siendo todavía un veinteañero se encontró de la noche a la mañana sentado al piano en el grupo de jazz más famoso del momento.

En la primavera de 1958, Evans comenzó su colaboración con el Miles Davis Sextet, ejerciendo una poderosa influencia sobre Davis. Aunque abandonó al trompetista en el otoño, exhausto por las agotadoras giras, por las presiones y posiblemente, ansioso por formar su propio grupo, estuvo profundamente involucrado en la planificación y colaboración tanto en las composiciones como en la ejecución del disco Kind of blue (editado en 1959), considerado por la mayoría de los críticos de jazz como el mejor disco de todos los tiempos. Realmente fue el mayor éxito de ventas nunca obtenido por un disco de jazz acústico.

En esas fechas Bill Evans compuso el maravilloso Blue in Green, de quien Miles Davis se adjudicó indebidamente su autoría. Según dicen, se lo compró a Evans por 25$.
Aquí dejo el enlace de esta joya, una de las composiciones más bellas del jazz:




Quienes conocieron bien a Bill Evans aseguran que durante sus últimas semanas de vida se alimentaba prácticamente de caramelos. Había decidido, tras una sucesión de hechos desgraciados de los que pensó que nunca se recuperaría, renunciar a la vida. Tenía 50 años, y optó por abandonarse definitivamente en brazos de la heroína, la cocaína y el alcohol (con los que había mantenido una larga relación de encuentros y desencuentros) y comenzó entonces lo que algunos han descrito como “el suicidio más largo del mundo”. Falleció en 1980.


El "poeta del piano" como lo definió el escritor, Gene Less, mantuvo intacto su estilo lírico y su sensibilidad hasta sus últimos días.


"Cuando haces música, descubres una parte de ti mismo que no sabías que existía"

Bill Evans, se consideraba un músico metódico y simple, que quería ser comprendido en la medida que el pudiera comprenderse a sí mismo, trasladando toda su sensibilidad al Jazz.



"Sin la música, la vida sería un error"
(Nietzsche)

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